Título original: Mr. Turner
Año: 2014
Duración: 149 minutos
País: Reino Unido
Director: Mike Leigh
Guión: Mike Leigh
Música: Gary Yershon
Fotografía: Dick Pope
Reparto: Timothy Spall, Dorothy Atkinson, Marion Bailey, Paul Jesson, Martin Savage, Lesley Manville, Ruth Sheen, Roger Ashton-Griffiths
Productora: Focus Features International (FFI) / Film4 / Thin Man Films / Xofa Productions
Género: Drama-Autobiográfico-Biopic
Nadie puede negar que recientemente el género ‘biopic’, o biográfico, goza de una envidiable salud cinematográfica. Es rentable para la industria del cine y bien recibida a su vez por el público que siempre lo mira como una apuesta atractiva. Sin necesidad de rebuscar en obras del pasado (cuya lista es interminable ya que el cine siempre ha bebido de lo autobiográfico) nos encontramos con las recientes y sonadas ‘La Teoría del Todo’ basada en Stephen Hawking y ‘The Imitation Game’ con Benedict Cumberbatch como el matemático Alan Turing. El éxito de estas películas paga el precio de la repetición y calco de esquemas y estructuras narrativas similares impuestas que, a pesar de acercar un personaje a un entusiasmado público aleja de lo que debiera ser en última instancia algo real, o creíble. Una vida humana, la de cualquiera, no posee un planteamiento, un nudo, un punto de conflicto determinante y un desenlace con el que cerrar el telón y levantarse de la butaca. Y es que es precisamente ese aspecto tan desapercibido siempre donde encuentra su principal baza Mr Turner.
Mr. Turner no es un biopic más, se diferencia del resto, y eso es, paradójicamente, tanto lo mejor como lo peor de esta cinta. Centrándose en los últimos 25 años de la vida del trascendental pintor inglés William Turner, la película acaba siendo un curioso conglomerado de luces y sombras, de puntos fuertes y débiles en constante equilibrio, de caóticos altibajos, tantos como la vida del propio pintor.
Sin duda es necesario destacar la magnífica ambientación de la cinta, que, sin excesos ni fuegos de artificio, consigue introducirte de lleno en una Inglaterra de mediados del siglo XIX. Y es que a pesar de la abundancia de planos de interiores, son los más escasos y brillantes momentos de exterior donde adquiere fuerza la impecable fotografía que le valió más de una justa nominación en este campo a la cinta, gracias también a las localizaciones y la bella exposición de paisajes que parecen salidos de las propias pinturas.
De la mano de la ambientación y la fotografía va una caracterización que, aunque muy focalizada a limitados actores, resulta brillante en su conjunto. El impecable Timothy Spall atrae acapara toda la atención en este apartado con su magistral caracterización del excéntrico, impredecible e introvertido William Turner.
No obstante, como mencioné antes, los puntos favorables del film son contrarrestados por otros negativos. Y es que todos estos aspectos positivos no son suficientes para obviar la, en principio interesante pero en la recta final tediosa falta de argumento central. La película es una sucesión de escenarios y situaciones que, aunque reflejen muy acertadamente la personalidad de Turner, son por lo general distantes entre los sí y no confluyen en ninguna línea argumental que consiga atraer la atención del espectador. Y si a esto le sumamos que hablamos de 149 minutos de largometraje, uno puede acabar revolviéndose en su asiento impaciente al cabo de las dos horas.
Pero ahí va el contraargumento que me auto impongo. ¿Qué vida se asemeja a una estructura fílmica de principio-nudo-desenlace? Nuestras vidas no responden a ningún canon fílmico impuesto por una productora con ganas de entretener. La vida de William Turner no fue una película, aunque se hagan películas sobre su vida. En ese aspecto, Mr Turner sí que puede que haya acertado, al menos en cuestión de fidelidad con la realidad, aunque su acierto sea más discutible en cuanto a su resultado fílmico.
En conclusión, un más que notable espectáculo visual y técnico que junto a la interpretación de Timothy Spall elevan la calidad de esta cinta. No obstante, el no poseer una trama claramente definida contrarresta estos conseguidos valores y pueden llegar a impacientar al más paciente de los espectadores.
Lo mejor: La conseguida ambientación y fotografía, así como la interpretación de Timothy Spall
Lo peor: Muchos altibajos y la ausencia de trama central argumental en un cinta demasiado larga
Calificación: 7/10
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